Reseña - Batman: La Secta



¡Buenas, gente! Hoy volvemos con la colección 80 aniversario de Batman, para hablar un poco del séptimo tomo.

La historia que trae este número es La Secta, publicada originalmente como The Cult, una miniserie de 4 números, desde agosto hasta noviembre de 1988, por DC comics.

Esta serie está escrita por Jim Starlin, dibujada por Bernie Wrightson y coloreada por Bill Wray.

Como dije, La Secta llegó a nuestro país gracias a la editorial OVNI press y su colección, Batman 80 aniversario, que, dicho sea de paso, es una colección excelente que trae todo tipo de historias del murciélago.

 


Batman vs los fanáticos religiosos

La Secta nos lleva a una Gotham subterránea, donde un tal Diacono Blackfire dice ayudar a los sin techo de la ciudad, dándoles refugio y una misión en la vida. Pero, al mismo tiempo, los convence de ser una especie de mensajero de Dios.

Por un descuido, Batman termina en las alcantarillas, la fortaleza del Diacono. Esta encadenado, sin comida ni agua hace días. El diacono quiere convertirlo, quiere hacerlo fiel, y para eso, debe quebrarlo.

Poco a poco vamos a ir viendo las verdaderas intenciones de Blackfire, y los métodos que utiliza para conseguir fieles seguidores que cumplan con todo lo que dice. Los subterráneos, como los llaman los demás, son, justamente, una secta. Una secta violenta, dispuesta a matar a cualquiera con tal de obtener lo que quiere, una secta liderada por el Diacono Blackfire.

Es una historia brutal, bastante cruda, que nos muestra lo que es una secta por dentro, la violencia, los métodos de tortura del Diacono y su forma de “convertir” a la gente, aprovechándose, tal vez, de los más necesitados.

Batman cayó en su juego. A pesar de ser el “incorruptible” Batman, el Diacono consiguió quebrarlo. Vemos a un Bruce distinto al que solemos ver en otras historias, acá está débil, y decaído anímicamente. Batman sabe que perdió, y no tiene muchas más esperanzas.

Una pieza importante en esta historia, es Jason Todd, Robin. Quien será el encargado de rescatar al murciélago.

 

La historia se lleva excelente, mostrando alucinaciones de Batman, mezclándolas con la realidad y on sus más oscuros deseos, todo mientras lucha en su interior contra su propia voluntad, que quiere ceder ante el Diacono.

Eso sí, tengo que decir que el último número no me gustó tanto… Después de una historia Super oscura, donde casi no hay acción, sino que es más la lucha interior de Batman, en el último número estalla una guerra. Rifles, corridas, tiroteos entre Batman y los fieles de Blackfire. Como que cambia mucho todo y se siente bastante anticlimático, principalmente con ese Batimovil que es como un tanque de guerra con forma de camión monstruo (?). Aunque es verdad que tiene algunas escenas excelentes, como la de la mujer que intenta escapar de los “soldados” del Diacono. Y el final, dentro de todo está bastante bien, pero, como digo, los primeros tres números son muchísimo mejores.

 

Sumado a todo esto, tenemos el dibujo de Berni Wrightson, junto con el coloreado de Bill Wray. Muchos se quejan del dibujo de Wrightson en esta serie, diciendo que no tiene la misma calidad que otras de sus obras. La verdad, yo no leí nada más de el -aunque en cualquier momento me compro su Swamp Thing- pero su dibujo en este libro me encanto. Bien oscuro como Batman se merece, y con ese toque de terror que es increíble. Aparte que nos deja algunos diseños excelentes, como el del traje de Batman, con las orejas más largas y en punta, y unas viñetas que están para hacer un cuadro. En fin, el dibujo de Wrightson me encanto, pero, como digo, no estoy en condiciones de compararlo con más trabajos suyos.

 

Para ir cerrando, más allá de bastantes quejas que tiene La Secta encima, para mí, es una lectura que vale totalmente la pena y que recomiendo mucho. La historia me encantó, ver a un Batman en ese estado, las locuras y la farsa del Diacono… pero todo sacando el último número (?).

 

Como último podría hablar de la edición, pero es OVNI press… siempre digo lo mismo. La traducción en neutro es una reverenda mierda. Después no tiene nada malo, la tapa es medio pedorra y se dobla de nada, pero bueno…

 

Bueno, ahora sí, hasta acá lo dejo.


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